Jóvenes chilenas llegan a Río de Janeiro para participar en la XXXVIII JMJ

Más de 300 estudiantes de diferentes colegios e instituciones del país, inspiradas en el mensaje de San Josemaría, están acompañando al Papa Francisco en Brasil.

Clemencia en Luján, Argentina, camino a Río

  Cerca de 10000 jóvenes integran la delegación chilena que está participando en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Estos datos, según cifras de la Conferencia Episcopal, transforman a este encuentro en el más visitado por patriotas nacionales en la historia de las jornadas mundiales de la juventud. Dentro de esta delegación hay un grupo de jóvenes que viajaron organizados por iniciativas de colegios e instituciones inspiradas en el mensaje de San Josemaría.

Peso a peso juntando recursos

Clemencia Valenzuela es chilena, tiene 21 años y cursa su tercer año de Odontología en la Universidad de Los Andes.  Llegó a Río en un bus  que viajó tres días desde Santiago, con un grupo coordinado por Araucaria, una residencia universitaria obra corporativa del Opus Dei.

Para llegar a Brasil se preparó cerca de un año, trabajando, para juntar los recursos necesarios, y asistiendo a cursos de retiros, meditaciones y convivencias, para apoyarse espiritualmente: “Al principio veía el encuentro con el Papa como algo muy entretenido y nada más. Pero poco a poco he conocido mejor lo que es la JMJ. Hemos visto videos de jornadas mundiales pasadas y así he podido entender de qué se trata”, explica.  

Clemencia junto a niños que prepara para la primera comunión en La Pintana

Agrega que esta oportunidad la ha ayudado a conocer mejor la figura del Papa, quién es, su forma de ser, su sencillez y “ya no se trata de un encuentro juvenil entretenido, sino que es ir a acompañarlo y junto con gente joven de  diferentes países, formar una completa unidad y vivir la fe a fondo”.

Constanza Reyes, forma parte también de este grupo que asiste al encuentro, y añade que han tratado de seguir muy de cerca los últimos mensajes del Papa Francisco, especialmente los que tienen que ver con el espíritu social hacia los más desposeídos. Durante el tiempo de preparación pusieron especial énfasis en visitas y acompañamiento a gente de escasos recursos y así “ver en las personas necesitadas al mismo Cristo” cuenta. Clemencia agrega que el objetivo de ir a Rio “no es sólo flamear la bandera de Chile, sino que ser luz y testimonio de que llevamos a Jesús dentro”.

Estudiantes se preparan para la JMJ en trabajos de verano en Talagante.

  Para llegar a Río 2013 reconocen que, además de la preparación espiritual, se requirió entusiasmo y creatividad para juntar dinero. Los emprendimientos fueron variadísimos: ventas de accesorios o alfajores e incluso, “una de las estudiantes comenzó su propia pyme, gracias a lo cual logró juntar el monto requerido”, cuenta Constanza.

  

Australianas y neozelandesas en Aeropuerto de Santiago de Chile

  Australianas y neozelandesas en Chile

Camino a Río aterrizó también en Chile un grupo de jóvenes procedentes de Australia y Nueva Zelanda, con el objetivo de prepararse para el encuentro mediante labores sociales y apostólicas: visitaron el Hogar de Ancianos San José; participaron en el Club de niñas Antullanca; impartieron clases de cocina e inglés en el Centro de Apoyo a la Familia del Policlínico El Salto, en Recoleta; asistieron al hogar de niñas de Las Creches, en La Reina; desarrollaron actividades recreativas para niños en el Centro de la Familia de la Fundación Nocedal, en La Pintana, y dieron clases de conversación en inglés en los colegios Los Andes, Huelén, Los Alerces y Albamar en Viña del Mar.